Muchas personas observan las subidas y bajadas de Bitcoin, pero solo se fijan en las fluctuaciones numéricas a corto plazo. La caída del 22.8% en el Q4 y el rebote posterior a las festividades parecen ser movimientos aleatorios del mercado, pero en realidad hay una lógica más profunda en juego.

Primero, la lógica central: la relación oferta-demanda. Este es el fundamento de cualquier precio de mercancía. Bitcoin no escapa a esta regla: cuando la demanda supera a la oferta, el precio sube; y viceversa, baja. La cantidad de Bitcoin en circulación es fija, y se reduce a la mitad cada 4 años, por lo que la verdadera variable está en la demanda. La última subida se debió a una entrada masiva de fondos, una demanda fuerte. ¿Y la caída actual? En esencia, es una desaceleración en el crecimiento de la demanda y una oferta relativamente excesiva. Después de las festividades puede haber un rebote a corto plazo, pero esto no cambia la tendencia general de inversión basada en la inversión y la oferta.

La segunda lógica se llama la búsqueda de beneficios por parte del capital. El dinero siempre fluye hacia donde hay mayores rendimientos. Este año, el oro subió un 69%, mientras que Bitcoin perdió un 5%. Con una diferencia de rendimiento tan grande, el capital seguramente se desplazará de Bitcoin hacia el oro. Además, la situación económica global actual es algo inestable, y los inversores prefieren apostar por activos tradicionales de refugio. El oro, como un refugio de inversión con siglos de historia, naturalmente se convierte en la primera opción.

La combinación de estas dos lógicas explica por qué se presenta este comportamiento en el mercado.