Recientemente, una propuesta de BIP en la cadena de Bitcoin ha generado bastante controversia, especialmente en relación con el impacto en activos inscriptos como ORDI. Si esta propuesta realmente se implementa, podría socavar desde sus cimientos la lógica operativa de todo el ecosistema de inscripciones BRC-20.

Primero, el impacto más directo. La emisión y circulación de ORDI dependen esencialmente de UTXOs pequeños para anclar datos. La operación central de esta propuesta consiste en marcar y congelar UTXOs pequeños por debajo de 1000 satoshis; una vez marcados, estos UTXOs no podrán ser gastados en absoluto. ¿Qué significa esto? Significa que los poseedores de ORDI no podrán hacer transferencias, la funcionalidad de transacción se desactivará instantáneamente y los activos en mano se convertirán en "zombis en la cadena".

En segundo lugar, el impacto en el ecosistema. Los datos muestran que aproximadamente el 29.6% de los UTXOs pequeños objetivo están estrechamente relacionados con inscripciones como ORDI. Si la propuesta se implementa, estos UTXOs serán eliminados directamente de la cadena, eliminando instantáneamente una gran cantidad de liquidez relacionada con esas posiciones. ¿Las consecuencias? Todo el ecosistema de inscripciones BRC-20 entrará en pánico y venderá en masa, lo que podría provocar una caída drástica en el precio y la capitalización de ORDI.

El problema más profundo radica en el impacto a largo plazo. La propuesta, en esencia, niega en la capa de consenso la racionalidad del almacenamiento de datos no monetarios en la cadena de Bitcoin. Una vez aprobada oficialmente, el desarrollo futuro de ORDI y proyectos similares quedará completamente bloqueado. Aún más aterrador, esto establecerá un precedente de que "el protocolo de Bitcoin puede limitar ciertos activos en la cadena"; ¿quién se atreverá a innovar en la cadena en el futuro? El flujo de fondos también se verá afectado y disminuirá en este campo.

Pero la buena noticia es que, actualmente, la propuesta todavía está en discusión en la comunidad, generando mucha controversia, e incluso se han presentado propuestas alternativas. No entrará en vigor a corto plazo, por lo que no tendrá un impacto directo en las transacciones actuales de ORDI. Pero esto también es una señal de advertencia: los factores de riesgo en el ecosistema están en aumento.