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El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, hizo una declaración que directamente cambió las expectativas del mercado. Dijo que la inflación y los salarios están en aumento conjunto, que el objetivo de inflación del 2% ya está asegurado, que la política de tasas negativas ha concluido y que el próximo año se continuará con el aumento de tasas — en una frase, el era de la política monetaria expansiva ha llegado a su fin.

Esto no es una noticia menor. La reacción del mercado fue muy clara: los rendimientos de los bonos japoneses subieron como cohetes. Hay que recordar que, durante los últimos treinta años, el yen ha sido la fuente de financiamiento más barata a nivel mundial. Las instituciones de Wall Street han estado aprovechando las operaciones de carry trade con yenes, posicionándose en activos desde mercados emergentes hasta acciones tecnológicas, desde materias primas hasta activos digitales, beneficiándose de esta palanca de financiamiento barata.

¿Y ahora? La máquina de retirar dinero gratis se ha cerrado. Cuando se cierran las posiciones de carry trade, se produce una reacción en cadena: todas las posiciones financiadas en yenes deben reducirse, y la presión de venta surge desde todos lados. La gran corriente de liquidez está empezando a retirarse.

Para el mercado de criptomonedas, esto significa una reevaluación de precios. Algunas posiciones que se sustentaron en la liquidez barata del yen enfrentan una prueba de resistencia. Aunque los fundamentos a largo plazo de Bitcoin y Ethereum no han cambiado, la volatilidad a corto plazo podría ampliarse significativamente.

En definitiva, un era ha llegado a su fin: ya no es un juego de costo cero endeudarse, y el sistema de valoración de activos necesita una recalibración. La magnitud de esta corrección dependerá de la fuerza y velocidad con la que se cierren las posiciones. Cuida bien tus posiciones, porque esta vez no es una broma.