Acciones preferentes vs acciones ordinarias: ¿cuáles deberías comprar realmente?

Cuando se trata de construir una cartera de inversión, entender la diferencia entre acciones ordinarias y acciones preferentes puede marcar toda la diferencia. Aunque ambos se llaman “acciones”, estas dos clases de activos operan bajo principios completamente diferentes y atraen a distintos tipos de inversores.

El juego de la propiedad: Acciones ordinarias explicadas

Las acciones ordinarias representan la propiedad real en una empresa. Cuando las compras, estás adquiriendo una parte del negocio en sí. Por eso, los precios de las acciones ordinarias fluctúan significativamente: reflejan el sentimiento del mercado sobre la rentabilidad futura y el potencial de crecimiento de la empresa.

Esto es lo que hace atractivas a las acciones ordinarias: si la empresa tiene éxito, el precio de tu acción puede dispararse. Las acciones de mejor rendimiento han generado retornos superiores al 20% anual durante décadas. Incluso el índice S&P 500 en general ha promediado alrededor del 10% de retorno anual históricamente. Más allá de la apreciación del precio, muchas empresas recompensan a los accionistas con dividendos en efectivo, que generalmente se pagan trimestralmente.

Los accionistas ordinarios también tienen derechos de voto en las juntas de accionistas y pueden influir en la dirección de la empresa. A las empresas les encanta emitir acciones ordinarias porque permite captar enormes cantidades de capital—a veces miles de millones de dólares—sin crear obligaciones de deuda. Si la empresa tiene dificultades, no irá a la bancarrota por no pagar dividendos, ya que estos no están garantizados.

El juego del ingreso: Entendiendo las acciones preferentes

Las acciones preferentes son el primo de renta fija. A pesar de tener “acción” en el nombre, se comportan mucho más como un bono que como una acción ordinaria. Pagan distribuciones fijas en un calendario regular (generalmente trimestral) y suelen tener un valor nominal de $25 por acción.

Aquí está la jerarquía clave: cuando llegan los dividendos, los accionistas preferentes reciben su pago primero—antes que los accionistas ordinarios. Esa prioridad hace que sean “preferentes”. Sin embargo, si la empresa tiene dificultades y omite dividendos por completo, no es técnicamente un incumplimiento como lo sería con los bonos. Esa flexibilidad atrae a las empresas, pero añade riesgo para los inversores.

Las acciones preferentes tienen un potencial de subida limitado. Rara vez se mueven mucho más allá del valor nominal, por lo que las compras principalmente para obtener ingresos constantes, no para crear riqueza potencial.

Acciones preferentes vs acciones ordinarias: Las diferencias reales

Perfil de ingreso y riesgo:
Las acciones ordinarias ofrecen potencial de crecimiento pero sin retornos garantizados. Las acciones preferentes prometen distribuciones predecibles, pero limitan tu potencial de ganancia. Las acciones ordinarias son adecuadas para inversores con horizontes temporales largos; las preferentes funcionan para quienes necesitan ingresos regulares ahora.

Tratamiento fiscal:
Las acciones ordinarias tienen una ventaja fiscal—no debes pagar impuestos por ganancias de capital hasta que las vendas. Mantén durante décadas y haz crecer tu patrimonio libre de impuestos. Los dividendos sí se gravan, pero la apreciación del valor de la acción no. Las acciones preferentes se gravan más como bonos, reduciendo el beneficio neto tras impuestos.

Dilución y refinanciamiento:
Las empresas pueden emitir nuevas acciones ordinarias a voluntad, diluyendo el valor de los accionistas existentes. Las acciones preferentes no enfrentan este problema—la obligación de la empresa de pagar permanece constante. Sin embargo, las preferentes que han pasado su fecha de llamada pueden ser refinanciadas a tasas más bajas cuando bajan las tasas de interés, eliminando tu ventaja de alto rendimiento.

Concentración en la industria:
Las acciones ordinarias existen en todas partes. Las acciones preferentes están concentradas en bancos, fondos de inversión inmobiliaria (REITs), servicios públicos y sociedades en comandita. La mayoría de las empresas no las emiten en absoluto. Los REITs, en particular, prefieren las preferentes acumulativas (donde los dividendos no pagados deben ser devueltos más tarde).

El proceso de compra: Cómo acceder a cada una

Ambos tipos están disponibles a través de cualquier corredor de bolsa en línea. Los símbolos de cotización difieren—las acciones preferentes usan el símbolo base de las acciones ordinarias más un sufijo. Toma como ejemplo Public Storage (NYSE: PSA):

• PSA = acción ordinaria
• PSA-PD = Serie D de acciones preferentes
• PSA-PE = Serie E de acciones preferentes

Los diferentes corredores usan diferentes formatos de sufijos (-PD, -D, .D, PRD), así que revisa bien tu orden antes de confirmar.

¿Qué tipo se ajusta a tus objetivos?

Si tienes décadas antes de necesitar el dinero y puedes tolerar la volatilidad, las acciones ordinarias son tu vehículo para construir riqueza. Si estás jubilado o necesitas flujo de efectivo constante hoy, las acciones preferentes ofrecen ingresos más predecibles con menos fluctuación.

¿La jugada ganadora? Muchos inversores poseen ambos. Acciones ordinarias en posiciones de crecimiento, preferentes para estabilidad de ingresos. Combina tus inversiones con tu horizonte temporal y necesidades de flujo de efectivo—así es como construyes una cartera resistente alineada con las realidades de las acciones preferentes versus las ordinarias.