El miércoles, Bitcoin cayó por debajo de los 87,000 dólares, mientras que al mismo tiempo, el índice S&P 500 de EE. UU. alcanzaba un nuevo máximo histórico. Esta tendencia inversa parece extraña, pero en realidad refleja una reconfiguración masiva de fondos globales antes de fin de año. Comprender la lógica de estos movimientos de fondos es crucial para captar las tendencias del mercado de criptomonedas.

Los datos económicos sólidos de EE. UU. están convirtiéndose en un potente imán para las acciones estadounidenses. La tasa de crecimiento económico del tercer trimestre alcanzó el 4.3%, muy por encima de las expectativas, con un rendimiento destacado en consumo, inversión y otros ámbitos. Esta mejora económica se traduce directamente en expectativas optimistas sobre las ganancias empresariales, y las acciones estadounidenses, en esencia, son el mercado de valoración del valor empresarial. El nuevo máximo histórico del S&P 500 detrás de esto, es el efecto de "hacer dinero" que continúa fortaleciéndose, con fondos adicionales entrando constantemente en el mercado.

En comparación, la situación de las criptomonedas resulta algo incómoda. Aunque Bitcoin es la bandera de este campo, en comparación con la "rentabilidad segura" de las acciones estadounidenses, su alta volatilidad, riesgos políticos y vulnerabilidades de seguridad se ven amplificados. Antes de fin de año, los inversores en general buscan estabilidad, y la alta naturaleza de riesgo de BTC en este período se convierte en una carga. Según datos de los intercambios, la salida de fondos de activos criptográficos ya muestra una tendencia clara.

Cuando la esperanza de fin de año pasa de ser un "gran aumento" a un "mantenimiento de beneficios", la elección de fondos se vuelve racional y fría.