Últimamente el oro ha alcanzado los 4500 dólares por onza, y muchas personas preguntan si esto es el pico o si seguirá subiendo. Un punto de vista interesante es: en lugar de preocuparse por hasta qué precio puede subir, es mejor estar atentos a los cambios en la política de la Reserva Federal y en la economía de EE. UU.

Desde el análisis fundamental, el precio actual del oro ya se ha alejado claramente del modelo de valoración, y en el corto plazo existe cierto componente de burbuja. Pero esto no significa que el mercado alcista haya terminado. La clave está en que la política de la Reserva Federal y la economía aún no han mostrado un punto de inflexión; mientras estos dos factores no cambien, la lógica de subida del oro sigue vigente.

Un calendario que vale la pena seguir es: a principios de 2026, la inflación en EE. UU. podría seguir aumentando, el crecimiento económico mejorará marginalmente, y la Reserva Federal podría comenzar a desacelerar el ritmo de recortes de tasas. En esta etapa, el oro podría enfrentar una cierta presión a la baja. Pero mirando más allá, hacia la segunda mitad de 2026, cuando asuma el nuevo presidente de la Reserva Federal, la inflación comience a desacelerarse y la Fed podría acelerar nuevamente los recortes de tasas. En ese caso, el oro tendría una nueva razón para subir.

En otras palabras, el mercado del oro en el futuro no será una subida lineal, sino que fluctuarán en función de los datos de la Reserva Federal y la economía. Debido a que el mercado de la plata es más pequeño y tiene menor liquidez, su volatilidad será más intensa que la del oro.

Por lo tanto, en lugar de predecir si el oro llegará a 5000 o 6000, es mejor centrarse en cuándo cambiará realmente la política de la Reserva Federal. Esa será la verdadera línea divisoria que determinará la tendencia a largo plazo de los metales preciosos.