Japón acaba de lanzar un enorme paquete de estímulo de $135 mil millones, ¿y adivina qué? Bitcoin no lo celebró, sino que cayó. El yen está ahora en su nivel más débil en 10 meses.

Aquí viene la sorpresa: esta vez los traders no están celebrando que la impresora de dinero esté en marcha. Ahora todos observan al Banco de Japón como halcones, preocupados de que realmente puedan subir los tipos de interés para defender la moneda. Si eso ocurre, podríamos ver una huida generalizada hacia activos seguros en los mercados globales.

La comunidad cripto está poniéndose nerviosa. Cuando las finanzas tradicionales estornudan, los activos digitales suelen resfriarse, y ahora mismo, el sentimiento de aversión al riesgo se está propagando rápidamente.