Ayer, SWIFT en EE.UU. cambió oficialmente al protocolo ISO 20022. ¿Qué significa esto para el mundo cripto? ¿Qué cadenas pueden beneficiarse de este cambio?

Empecemos por los principales candidatos.

XRP está prácticamente hecho a medida para este protocolo: tiene más de 300 bancos colaboradores y no tiene rivales en toda la red. Su naturaleza intrínsecamente regulada hace que el coste de adaptación sea casi nulo, así que es claramente el jugador número uno. Además, participó en la primera ronda de pruebas, junto con HBAR y XLM.

XLM se especializa en remesas y cuenta con el respaldo de Mastercard y MoneyGram, con unos 20 a 30 bancos socios. HBAR, por su parte, tiene el aval del Consejo de Empresas, con doble certificación de bancos y gobiernos, y entre 5 y 10 socios.

La segunda categoría tampoco se queda atrás.

QNT trabaja en puentes multichain, y tanto HSBC como Barclays lo están probando. XDC se centra en la financiación comercial, y Deutsche Bank ya se ha sumado. ALGO aparece a menudo en las listas de proyectos piloto de CBDC, apostando tanto por la sostenibilidad como por el cumplimiento normativo.

Un dato curioso: el estándar ISO 20022 no lo establece ningún equipo de blockchain pública, pero miembros de Ripple, Stellar y Hedera ya se han incorporado oficialmente al organismo de estandarización, así que en la próxima versión podrán opinar. La cantidad de bancos socios de XRP es de 10 a 30 veces mayor que la del segundo y tercer lugar, lo cual es una diferencia enorme.

Hasta 2026, el sector de los pagos transfronterizos no hará más que volverse más competitivo.