Recientemente vi una opinión interesante: Matt Sheffield, director de inversiones de SharpLink, habló en las redes sociales sobre la forma en que las gestoras de activos estadounidenses divulgan sus posiciones.

En pocas palabras, estas instituciones tienen que presentar un informe llamado 13F cada trimestre, pero hay un fallo en el calendario: pueden retrasarse hasta 45 días después de que termine el trimestre para entregarlo. ¿Qué significa esto? Cuando ves los datos, ellos ya han ajustado sus carteras hace tiempo; lo que ves es un “libro de cuentas antiguo” de hace más de un mes.

Este desfase en los mercados financieros tradicionales no es tan grave, porque el ritmo es más lento. Pero en el mercado de las criptomonedas, donde se comercia 24/7 y los precios pueden experimentar varias montañas rusas en un solo día, un retraso de 45 días equivale prácticamente a mirar antigüedades. No es de extrañar que muchos se quejen de que seguir los movimientos institucionales con los informes 13F es como conducir mirando solo por el retrovisor.

Por cierto, cuando Sheffield mencionó este tema, el cofundador de Ethereum, Joseph Lubin, también estaba atento a la cuestión. Parece que, tanto en las finanzas tradicionales como en el mundo cripto, la contradicción entre la transparencia de la información y la inmediatez sigue estando siempre presente.