El sueño de las energías renovables acaba de recibir otro golpe. Exxon está frenando lo que se suponía iba a ser un gran proyecto de hidrógeno. ¿Por qué? Resulta que el mercado no está precisamente haciendo cola para comprar hidrógeno azul caro. Es el típico caso de planes ambiciosos que chocan con la fría realidad económica. Cuando uno de los mayores actores del sector energético se retira, dice mucho sobre la diferencia entre dónde estamos realmente y dónde nos prometía la expectación. La economía del hidrógeno podría llegar a hacerse realidad, pero, por lo visto, no en el plazo que vendían los optimistas.