Si vuelves a colocar YGG en el mapa general de la industria, verás que hace tiempo que dejó atrás su antigua identidad de “guilda de farmeo”. ¿Eso de alquilar equipamiento y repartir recompensas? Ya está pasado de moda. Ahora se parece más a un motor a pleno rendimiento: atrae a la gente para aprender, iniciar proyectos y ofrecer espacios de exhibición; traslada fondos y procesos operativos a la cadena para que todo sea transparente; y, mediante una colaboración profunda entre plataformas Web2 y Web3, reduce la barrera de entrada prácticamente a cero.

El objetivo es sencillo: convertir el “jugar a videojuegos” en un trampolín profesional para entrar en la industria digital, y no en un juego especulativo de sacar beneficios rápidos y huir.

El año pasado, en noviembre, el YGG Play Summit 2025 celebrado en el SMX Aura de Manila fue una demostración pública de este motor en acción. Lo realmente interesante no estaba en el escenario principal, sino en la zona de experiencia inmersiva “City of Play” que organizaron. No era el típico stand de exposición.

Zona de competición, pruebas de juegos, grabación de pódcast, presentaciones de proyectos, distrito de habilidades… todo concentrado en un mismo espacio, formando una red interactiva tridimensional. Al entrar en el Skill District (distrito de habilidades), cada grupo —proyectos, equipos, patrocinadores, desarrolladores de herramientas— tenía su propio territorio. ¿Dónde estaba el rincón más concurrido? En el taller “de la idea al prototipo”, que convertía la IA y las herramientas no-code en armas productivas.

En solo unas horas, una idea podía transformarse en una demo funcional. Lo que se mostraba en el escenario no era un PowerPoint, sino prototipos reales listos para usar.

Para muchos acostumbrados a enterarse de las cosas en redes sociales, este diseño te obligaba a salir de la pantalla y conversar cara a cara. Las ideas que surgían de estos encuentros eran, a menudo, mucho más directas que cualquier debate online.