Esta ronda de caídas ha sido realmente dura.

Hace unas semanas, el BTC todavía se encontraba en la cima de los 126.000 dólares, y en un abrir y cerrar de ojos se ha desplomado hasta los 81.000. Esta violenta corrección ha sumido por completo al mundo cripto en modo pánico. Ahora, todos están pendientes de una cifra: 74.000 dólares. Si esta línea de soporte no aguanta, las consecuencias pueden ser inimaginables.

Los datos del mercado son aún más desoladores. Entre los holders a corto plazo, el 99% está atrapado, y el ratio de ganancias/pérdidas ha caído a mínimos históricos. ¿Y los almacenes institucionales que antes brillaban? Bitmine tiene una pérdida en libros del 31%, y Forward Industries está aún peor, con una pérdida directa del 44%. Incluso ese gigante que posee 649.000 BTC, con un coste medio de 74.400 dólares, ahora apenas puede mantener beneficios latentes; si la caída continúa, hasta ellos acabarán en rojo.

En el último día, las liquidaciones en exchanges han alcanzado los 1.930 millones de dólares. Muchos creen que tras una caída así debería venir un rebote, pero la realidad podría ser aún más cruel.

Este desplome no es un hecho aislado. El S&P 500 tuvo el jueves una volatilidad intradía del 3,4%, la mayor desde la crisis arancelaria de Trump. El pánico de los mercados financieros tradicionales se está contagiando al sector cripto.

El BTC ya ha perdido un 35% desde máximos. Desde el punto de vista técnico, la zona de los 82.000 dólares es clave: si se pierde, lo más probable es que caiga directo a los 74.000. Y este precio es, precisamente, la línea de vida para muchas instituciones.

¿Qué pasará ahora? El mercado dará la respuesta.