He visto demasiados traders así: acaban de decir que van a retirarse, y al momento siguiente vuelven a entrar al mercado con todo.

Hace poco un amigo me dijo que había duplicado su cuenta y que pensaba parar, pero no pasaron ni dos semanas y ya estaba de nuevo con una posición grande en largo, y encima contra tendencia. Le pregunté por qué no ponía stop loss y me contestó: "Ya casi recupero lo que perdí". Al final, vio cómo su cuenta se reducía un 70%.

He escuchado tantas historias así que ya me resultan repetitivas. Cuando siguen las señales, todo va bien; en cuanto ganan algo, de inmediato se transforman.

Con unas pocas ganancias creen que ya han entendido las reglas del mercado, sin darse cuenta de que la suerte y la habilidad no son lo mismo. El mercado no va a tener piedad contigo solo porque hayas ganado antes; cuando llega el momento de cobrar, lo hará.

Sinceramente, en este sector ganar dinero no es lo más difícil, lo importante es saber cuándo retirarse.

Muchos no pierden por el mercado, sino porque no pueden dejar de operar. Cuando ven beneficios en la cuenta piensan: "Voy a arriesgar un poco más para ganar más", y acaban confundiendo la probabilidad con la certeza.

El momento más peligroso suele ser cuando crees que eres invencible: este mercado se encarga de poner a cada uno en su sitio.

Yo ahora sigo estrictamente unas cuantas reglas de oro:
1. Si las ganancias superan el 30%, retiro una parte de inmediato.
2. Si en un día tengo una caída del 5%, cierro todo y me quedo fuera.
3. Si pierdo una oportunidad, nunca entro de forma impulsiva para compensar.

A veces, estar fuera del mercado observando requiere más autocontrol que entrar y salir de forma constante.

Cuando realmente hay que operar, hay que hacerlo como un guepardo cazando: esperar largo tiempo y acertar en el momento justo.

Los que sobreviven mucho tiempo en este mercado son los que saben cuándo parar.

No dejes que una sola decisión impulsiva te haga perder todo lo que has conseguido con esfuerzo.