De repente me acordé de un viejo compañero de clase, que en su día incluso me llegó a cortejar, pero yo, ciega, elegí a otra persona.

Acabo de hablar por teléfono con él; este tipo lleva cinco años luchando en el mercado de criptomonedas y ahora ya ha alcanzado la libertad financiera. El mundillo cripto es un lugar con un riesgo que ni te imaginas: ha sido liquidado más de una vez o dos, y en cada ocasión estuvo a punto de no poder recuperarse. Pero el tío aguantó, y ahora vive bastante bien.

Hay que admitir que a veces realmente admiro a quienes logran sobrevivir en mercados de alta volatilidad.