El gobierno japonés ha lanzado recientemente un paquete de estímulo económico de 21 billones de yenes, equivalente a más de 135.000 millones de dólares. Estos fondos se financiarán principalmente mediante la emisión de deuda, cuyo efecto directo ha sido la devaluación del yen hasta su nivel más bajo en 10 meses, mientras que el rendimiento de los bonos a 40 años ha alcanzado un máximo histórico.

Los mercados financieros tradicionales han reaccionado de forma contundente. El yen sigue debilitándose y los rendimientos de los bonos a largo plazo se disparan, una combinación que suele indicar un aumento en las expectativas de inflación. Cuando el poder adquisitivo de la moneda fiduciaria disminuye y los activos de renta fija pierden atractivo, el capital tiende a buscar nuevas alternativas de inversión.

Activos digitales de referencia como Bitcoin y Ethereum han mostrado en varios ciclos de expansión monetaria cierta capacidad de resistencia frente a la inflación. Aunque no pueden equipararse directamente a activos refugio, algunos inversores los utilizan como herramientas para cubrirse frente a la inflación. En teoría, este gran estímulo fiscal japonés podría generar expectativas de nuevos flujos de capital hacia el mercado cripto.

No obstante, conviene recordar que la situación fiscal de Japón ya está bajo presión y la evolución de las políticas futuras es incierta. La respuesta del mercado a los cambios macroeconómicos suele ser compleja y retardada, por lo que las fluctuaciones a corto plazo son difíciles de predecir.

Si estás considerando invertir, aquí tienes algunos principios básicos a modo de referencia:

En primer lugar, controla la exposición y no apuestes todo tu capital en un solo activo. Bitcoin es relativamente estable y puede servir como indicador del sentimiento del mercado.

En segundo lugar, construir posiciones de forma escalonada es más prudente que comprar todo de una vez. Presta especial atención a las principales criptomonedas por capitalización de mercado y ten cuidado con proyectos cuya base fundamental no esté clara.

Por último, mantener las posiciones es más importante que operar con frecuencia. Las grandes tendencias necesitan tiempo para consolidarse; perseguir subidas y ventas rápidas solo incrementará tus costes.

El impacto de las políticas macroeconómicas en los mercados es una cuestión a largo plazo; mantener un juicio racional tiene más valor que dejarse llevar por las tendencias.