¿Qué está tramando realmente la Reserva Federal esta vez? El mercado ha quedado completamente desorientado tras este combo de medidas.

El presidente de la supervisión, Barr, salió de repente a echar un jarro de agua fría diciendo que la inflación sigue rondando el 3%, muy lejos todavía del objetivo del 2%. El mensaje es claro: no esperéis una bajada de tipos en diciembre. Nada más decir esto, Wall Street abrió con una subida loca del 2%, pero al cierre se desplomó un 2%. Los alcistas probablemente ni se enteraron de lo que estaba pasando.

El mercado cripto está todavía peor. El bitcoin se desplomó de 90.000 dólares hasta la zona de los 80.000, mientras que ethereum se dejó un 10% en un solo día; por todo el mercado se escuchan los lamentos de las liquidaciones forzosas. Los pequeños inversores que apostaron por una bajada de tipos se han quedado a cuadros: la probabilidad de recorte ha pasado del 80% al 40% y su dinero se ha esfumado.

Y lo más curioso es que dentro de la propia Reserva Federal ha empezado la guerra. El halcón Harker lo ha dejado claro públicamente: bajar tipos ahora sería echar más leña al fuego de la inflación. Schmid votó en contra ya en octubre y la voz de los moderados ha quedado totalmente silenciada. Incluso el medio conocido como la "nueva agencia de comunicación de la Fed" ha querido rematar la faena diciendo que los datos de empleo de septiembre son un auténtico caos y que internamente no hay ningún consenso.

Los datos, desde luego, son contradictorios: la creación de empleo en septiembre fue mejor de lo esperado, pero la tasa de paro se disparó hasta su máximo en cuatro años. Barr añadió que el mercado aún no se ha enfriado del todo y que es demasiado pronto para recortar tipos para apagar el incendio.

En definitiva, la lógica detrás de estos movimientos puede ser mucho más compleja de lo que parece a simple vista.