Para 2050, uno de cada tres habitantes de Hong Kong será de edad avanzada. Ese no es un escenario futuro lejano, es una crisis inminente para la infraestructura sanitaria. ¿Cómo se pueden ampliar los recursos médicos limitados en una población donde el envejecimiento avanza más rápido de lo que las políticas pueden adaptarse?

Los sistemas tradicionales están colapsando. Los tiempos de espera se alargan. Los costos se disparan. ¿Y las bases de datos centralizadas? Son compartimentos estancos, ineficientes, propensas a cuellos de botella.

Aquí es donde los protocolos de salud descentralizados podrían cambiar las reglas del juego. Imagina datos de pacientes fluyendo sin problemas entre proveedores, redes de atención incentivadas que recompensan la prevención, y una asignación de recursos transparente—todo sin un único punto de fallo. Blockchain ya no es solo para el comercio. Podría ser la actualización de infraestructura que la atención médica necesita desesperadamente.