Por la mañana, al abrir los ojos, el teléfono ya ha planeado todo un día para ti. Las noticias son alimentadas por un algoritmo, la ruta es calculada por IA, e incluso hay recomendaciones sobre qué comprar.

Está bien, pero ¿alguna vez te has preguntado a quién pertenece realmente esa potencia de cálculo que hace la vida más simple?

Ahora hay equipos intentando hacer algo: sacar los recursos computacionales que necesita la IA de las manos de unos pocos gigantes, para que más personas puedan participar en la distribución. Es un poco como convertir "las centrales eléctricas de la era digital" de centralizadas en distribuidas.

¿Suena idealista? Pero al menos la dirección es bastante interesante. Después de todo, quien controle el Algoritmo, en cierta medida, controla el derecho a establecer las reglas del juego del futuro.