
Una adquisición es una operación en la que un comprador toma el control o adquiere activos clave de una entidad objetivo. En el entorno Web3, los objetivos de adquisición no se limitan al capital de la empresa, sino que abarcan tokens, derechos de gobernanza de protocolos, repositorios de código y equipos.
En las finanzas tradicionales, las adquisiciones suelen liquidarse en efectivo o acciones, con el foco en la transferencia de participaciones y activos. En Web3, las adquisiciones incluyen activos y gobernanza on-chain, como la obtención de influencia mediante token swaps o la integración a nivel de protocolo a través de votaciones DAO.
Las adquisiciones responden a la necesidad de cubrir carencias tecnológicas, ampliar la base de usuarios, acceder a nuevas jurisdicciones regulatorias u optimizar costes y flujo de caja. En Web3, también buscan captar efectos de red del protocolo y comunidades de desarrolladores.
En ciclos alcistas, las adquisiciones suelen centrarse en la expansión y el crecimiento de líneas de producto. En fases bajistas o volátiles, la prioridad suele ser la tecnología y el talento, integrando recursos a menor coste. Según los datos de 2025, las adquisiciones de tecnología y talento entre equipos pequeños y medianos son cada vez más frecuentes, con acuerdos estructurados como contraprestación mixta (efectivo + tokens + vesting).
El principio de las adquisiciones es la transferencia de control y activos mediante un intercambio de valor. El control puede materializarse en forma de participaciones empresariales o derechos de gobernanza en el protocolo.
Vía equity: el comprador adquiere acciones o activos de la empresa objetivo, obteniendo derechos de voto y gestión. Vía tokens: el comprador utiliza efectivo o tokens propios para intercambiarlos por los tokens objetivo a una ratio acordada, incrementando el poder de voto mediante propuestas de gobernanza para orientar el protocolo. La votación DAO es el mecanismo de toma de decisiones en organizaciones descentralizadas, donde la comunidad vota on-chain y ejecuta smart contracts.
Paso 1: Selección del objetivo. Identificar necesidades estratégicas (tecnología, usuarios, licencias, cobertura geográfica) y evaluar de forma preliminar el encaje de producto y equipo.
Paso 2: Due diligence. Revisión sistemática de finanzas, cumplimiento legal, seguridad técnica y riesgos de smart contracts, verificando activos, pasivos, calidad del código y posibles vulnerabilidades.
Paso 3: Valoración y fijación de precio. Evaluar en función de ingresos, retención de usuarios, calidad del código y engagement de la comunidad; establecer el rango de valoración y diseñar la estructura de contraprestación (efectivo, acciones, ratio de tokens).
Paso 4: Estructuración del acuerdo. Elegir entre adquisición de equity, compra de activos o token swap; acordar calendarios de vesting (liberación de tokens por fases para reducir presión vendedora), objetivos de rendimiento y condiciones de cierre.
Paso 5: Cumplimiento y aprobación. Cumplir los requisitos legales en la jurisdicción de la empresa; si hay cambios a nivel de protocolo, presentar propuestas para la votación DAO; preparar registros regulatorios y divulgaciones si procede.
Paso 6: Cierre e integración. Transferir activos y permisos; ejecutar la migración de contratos de tokens e integración de marca; establecer hitos y planes de comunicación para gestionar las expectativas de la comunidad.
En Web3, los escenarios habituales incluyen: exchanges o wallets que adquieren equipos de tecnología de seguridad; protocolos que adquieren interfaces front-end e infraestructura; empresas que adquieren licencias de cumplimiento y equipos de operaciones locales.
En plataformas de exchange, las adquisiciones suelen implicar fusiones o migraciones de tokens anunciadas públicamente. Por ejemplo, la sección de anuncios de Gate puede notificar a los usuarios sobre consolidaciones de tokens, suspensiones o reinicios de trading, así como instrucciones para depósitos/retiros y actualizaciones de contratos para una transición segura.
Las adquisiciones afectan a los tokens principalmente a través de la contraprestación, migraciones de contratos e integración de marca. Si se incluye un token swap, los holders pueden afrontar sustitución de tokens o intercambios proporcionales; las actualizaciones de protocolo pueden exigir que los usuarios completen la migración de contratos en un plazo específico.
Durante los anuncios, las funciones de trading y depósito/retiro pueden suspenderse temporalmente por motivos de seguridad. Los usuarios deben seguir las actualizaciones oficiales y verificar los enlaces de firma para evitar sitios de phishing o airdrops falsos, y seguir las directrices de la plataforma para swaps de tokens o acuerdos de vesting.
Los factores de valoración incluyen tamaño de la base de usuarios, ingresos o TVL (total value locked), calidad del código, actividad de la comunidad y riesgos regulatorios. En muchos proyectos Web3, la falta de flujo de caja estable lleva a que la valoración se centre en barreras tecnológicas y efectos de red.
La contraprestación suele adoptar una “estructura híbrida”: efectivo más acciones o tokens del adquirente. El vesting se emplea para reducir la presión vendedora a corto plazo, normalmente con liberaciones en etapas ligadas a hitos de rendimiento o de producto. En 2025, el vesting y las liberaciones por fases son estándar en adquisiciones de protocolos para equilibrar incentivos y estabilidad.
Entre los riesgos se encuentran la asimetría de información, la mala gestión de código o claves, la incertidumbre regulatoria, la oposición de la comunidad y la integración fallida. Si la votación DAO carece de transparencia o la gobernanza está dominada por whales, puede dar lugar a forks o pérdida de usuarios.
La seguridad de los fondos es crítica: los anuncios falsos y los enlaces de phishing son habituales. Durante la migración de tokens, los usuarios deben verificar direcciones de contrato y firmas a través de los canales oficiales de la plataforma; nunca compartir claves privadas ni frases mnemotécnicas para evitar el robo de activos.
La adquisición implica que el comprador obtiene el control, mientras que la entidad objetivo puede mantener su personalidad jurídica o su estatus de protocolo independiente. En una fusión (“M&A”), los recursos y marcas se combinan en una sola entidad. En Web3, esto puede traducirse en consolidación de tokens, unificación de canales front-end o de comunidad y gobernanza centralizada bajo una nueva DAO.
En la práctica, muchas operaciones incluyen tanto transferencia de control (adquisición) como integración operativa (fusión), por lo que “operación M&A” es más preciso, aunque “adquisición” suele referirse específicamente a la toma de control por parte del comprador.
La adquisición es una herramienta estratégica de reasignación de recursos que, en Web3, alcanza tokens y capas de gobernanza de protocolos. Comprender tanto la vía de equity como la de tokens, y dominar la due diligence y la migración de contratos, es esencial para mitigar riesgos. Los usuarios deben seguir de cerca los anuncios oficiales de plataformas como Gate sobre fusiones y migraciones de tokens para completar swaps y procesos de gestión de riesgos paso a paso. Para los participantes, una valoración realista, gobernanza transparente y una integración planificada con paciencia determinan si una adquisición aporta valor a largo plazo.
Depende de los términos del acuerdo de adquisición. Una adquisición total suele implicar que el equipo del proyecto pierde el control y el adquirente asume la toma de decisiones. En adquisiciones parciales o inversiones estratégicas, puede mantenerse cierto control. Los equipos deben especificar qué derechos conservan (como participación en la gobernanza o uso de marca) para evitar quedar en situación pasiva durante la negociación.
Las grandes plataformas buscan proyectos con tecnología diferencial, bases de usuarios significativas y alto potencial de mercado. Mejorar productos de forma continua, construir una comunidad activa y lanzar funcionalidades innovadoras aumenta el atractivo. Contar con un equipo profesional y transparencia financiera y de gobernanza incrementa notablemente las posibilidades.
El tratamiento de los tokens depende del acuerdo de adquisición. Las opciones habituales son: los tokens siguen circulando, se intercambian por tokens del adquirente a una ratio fija o se queman/migran progresivamente a nuevos contratos. Los holders deben consultar los anuncios oficiales para conocer los planes y plazos de gestión y tomar decisiones informadas a tiempo.
Las principales causas son la oposición de la comunidad (que genera riesgos de cumplimiento), desacuerdos en la valoración, dificultades de integración técnica, cambios de mercado que alteran la estrategia, nuevas políticas regulatorias y problemas detectados en smart contract audits. Ambas partes deben realizar una due diligence rigurosa y prever márgenes de seguridad.
Las claves son: seguir los canales oficiales para actualizaciones, conocer los planes y plazos de gestión de tokens, evaluar la reputación y solidez del adquirente, mantener la racionalidad en periodos de incertidumbre y consultar a profesionales legales o de inversión si es necesario. Precaución ante anuncios falsos de adquisiciones: siempre verificar los comunicados oficiales en plataformas de confianza como Gate.


